La FIM (Federación Internacional de Motociclismo), el IRTA (Asociación de Equipos) y Dorna Sports, han anunciado hoy que se aplaza el Gran Premio de España, que debía disputarse el próximo 3 de mayo en el circuito “Ángel Nieto” de Jerez, lo que ralentiza nuevamente el inicio “de verdad” del campeonato del mundo de MotoGP.
Es cierto y no sería justo olvidarse de ellos, que las categorías de Moto2 y Moto3 tuvieron la oportunidad de disputar la primera carrera de la temporada al encontrarse realizando unos entrenamientos en el que debía ser el primer “escenario” del mundial, el circuito catarí de Losail, pero la gran mayoría de los aficionados esperaba con ilusión un inicio de temporada en MotoGP que ahora, como mínimo, se ha visto aplazado hasta el 17 de mayo en Francia.
Otra mala noticia para todos los aficionados es que los organizadores locales franceses del circuito de Le Mans también se están planteando el aplazamiento de su carrera, por lo que no sería de extrañar que en breve conociésemos la misma debido al desigual pero constante cambio de situación mundial provocada por la pandemia del coronavirus COVID-19.
Alberto Puig ya reconocía en una entrevista exclusiva con la agencia Efe que para él la ausencia del Gran Premio de España de MotoGP, único circuito en el que logró la victoria en la categoría de 500 c.c., le provocaría un gran vacío “una gran desilusión”. “Pero lo que también tengo claro es que si no se puede, porque no se puede, la decisión tomada, que la tomará Dorna, será la correcta siempre”, y las palabras del Director Deportivo del equipo Repsol Honda HRC han sido prácticamente una premonición de lo que minutos después iba a suceder.
Ahora, salvo sorpresas, que casi seguro las habrá, el inicio del mundial está previsto para el 17 de mayo en Le Mans (Francia), pero el panorama en este sentido no está nada claro y la carrera francesa también podría dejar pasar su turno, con lo que la responsabilidad de iniciar el campeonato de MotoGP recaería en el Gran Premio de Italia, en el autódromo de Mugello, el próximo 31 de mayo.
Una escenario también en duda por la grave crisis pandémica que atraviesa el país transalpino, aunque por ahora no ha surgido ni una sola voz a que apunte, también, al aplazamiento de esa carrera, pues la situación que está provocando la crisis del coronavirus está dejando prácticamente sin fechas al campeonato del mundo de MotoGP.
La lógica y también la sensatez, obliga a esperar las próximas decisiones que tomen tanto la Federación Internacional de Motociclismo como la Asociación de Equipos y quien, al final, deberá capear todo el “temporal pandémico” de la mejor manera posible, la española Dorna Sports, responsable de la organización del campeonato del mundo de motociclismo y también de Superbike.
Poco a poco se estrecha el margen de respuesta ante las adversas circunstancias que todo el mundo está atravesando por la pandemia y no cabe duda de que tanto Dorna como la FIM e IRTA deberán asumir algún tipo de respuesta extraordinaria, muy extraordinaria, entre las que ya se han asumido pues en el plazo de diez semanas, al final de la temporada, se disputarán nada menos que ocho grandes premios, desde el 4 de octubre hasta el 29 de noviembre.
Muchas son las posibilidades que se han planteado, desde disputar dos carreras en un mismo fin de semana, al igual que se hace en el mundial de Superbike, algo que no gusta demasiado a Dorna Sports para MotoGP, hasta prolongar la competición más allá del mes de noviembre o “juntar” más carreras en los huecos intermedios, algo que no gusta a los pilotos pues en caso de lesión condicionaría su rendimiento en sucesivas carreras.
Todo son, por ahora, meras suposiciones, pero lo cierto es que el reto que tienen ante sí Dorna, la FIM y el IRTA, es de gran envergadura, pues para que el campeonato del mundo sea considerado válido se deben disputar un mínimo de trece carreras y, por otra parte se encuentran las “obligaciones contractuales” del promotor, quizás el escollo en el que más deban trabajar si la situación actual no mejora sensiblemente en breve.